Francia es uno de esos destinos que nunca deja de maravillarnos. En nuestras últimas vacaciones en Francia, nos aventuramos a explorar algunos de sus lugares más emblemáticos, y te aseguramos que fue una experiencia inolvidable. Si alguna vez te has preguntado qué ver en Francia o qué hacer en Francia, déjanos contarte nuestras aventuras para que puedas inspirarte y planificar tu propio viaje.

Empezamos nuestro recorrido por Francia en París, la Ciudad del Amor. Desde el momento en que llegamos, nos enamoramos de sus calles adoquinadas, los cafés encantadores y, por supuesto, la majestuosa Torre Eiffel. Pasear por los Campos Elíseos y visitar el Museo del Louvre fueron algunas de las actividades que nos hicieron sentir la verdadera esencia de París.

Luego nos dirigimos al Valle del Loira, famoso por sus impresionantes castillos y viñedos. Aquí, visitamos el Castillo de Chambord y disfrutamos de catas de vino en pequeñas bodegas familiares. Cada castillo tenía su propia historia y encanto, y los paisajes eran simplemente de ensueño.

Nuestra siguiente parada fue la Costa Azul, un lugar sinónimo de lujo y belleza natural. Nos hospedamos en Niza, donde disfrutamos de sus playas y paseos marítimos. También visitamos Cannes y Mónaco, dos destinos que deslumbran con su glamour y sofisticación. No podíamos dejar de lado el encanto de Provenza, con sus infinitos campos de lavanda y pueblos pintorescos. En Aix-en-Provence, nos perdimos entre sus mercados locales y disfrutamos de la gastronomía típica de la región.

Qué ver en Francia y qué hacer en vacaciones

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Estudiar Turismo

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Viajes

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44 minutos

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09/07/2024

Normandía fue otro de los destinos que nos dejó sin palabras. Conocimos las playas del Desembarco y el impresionante Mont Saint-Michel, un lugar que parece sacado de un cuento de hadas. La historia y los paisajes de esta región son realmente impresionantes.

Alsacia nos cautivó con su encanto medieval y sus vinos de calidad. Pasear por las calles de Estrasburgo y Colmar fue como retroceder en el tiempo. Cada rincón estaba lleno de historia y belleza. En la Bretaña, nos encontramos con una cultura celta vibrante y acantilados dramáticos que nos dejaron sin aliento. La región tiene una magia especial que es difícil de describir.

Los Alpes Franceses nos brindaron la oportunidad de vivir aventuras en la montaña. Desde esquiar en Chamonix hasta hacer senderismo en verano, esta región es perfecta para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre. Burdeos, conocida como la capital del vino, fue otro de los puntos altos de nuestro viaje a Francia. Las catas de vino y las visitas a las bodegas fueron experiencias que disfrutamos enormemente.

Lyon nos sorprendió con su rica gastronomía y su patrimonio histórico. La ciudad es un verdadero paraíso para los amantes de la buena comida. En Córcega, descubrimos una isla llena de belleza y diversidad natural. Desde sus playas hasta sus montañas, cada rincón de la isla es espectacular.

Marsella, con su puerto histórico y diversidad cultural, nos mostró otra faceta de Francia. Y finalmente, terminamos nuestro recorrido en Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, y en Niza, donde el sol, el mar y la cultura se combinan perfectamente.

Francia es un país que tiene algo para todos. Esperamos que nuestro relato te dé una idea de qué ver y hacer en Francia durante tu próxima visita.

Índice

París: la ciudad del amor

París es el destino soñado de muchos viajeros y, durante nuestras vacaciones en Francia, entendimos por qué. La capital francesa es una mezcla de historia, cultura y romance que se siente en cada rincón.

Explorando la Torre Eiffel

No hay visita a París sin admirar la icónica Torre Eiffel. Esta estructura, símbolo de la ciudad, es impresionante tanto de día como de noche. Subir a la cima te ofrece una vista panorámica espectacular de toda la ciudad. Nosotros decidimos hacer un pícnic en los Jardines del Trocadero, desde donde se tienen las mejores vistas de la Torre. Recuerda llevar tu cámara para capturar momentos inolvidables.

Paseo por los Campos Elíseos

El paseo por los Campos Elíseos es una de las actividades obligatorias para los que se preguntan qué hacer en Francia. Esta avenida, llena de tiendas de lujo, cafés y teatros, te lleva desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia. Nosotros disfrutamos caminando lentamente, admirando los escaparates y disfrutando de un café en una de las terrazas.

Visita al Museo del Louvre

El Museo del Louvre es otro de los lugares imprescindibles en nuestra lista de qué ver en Francia. Este enorme museo alberga miles de obras de arte, incluida la famosa Mona Lisa. Dedicar al menos medio día a recorrer sus salas es esencial. Además, la pirámide de vidrio en el patio central es una vista espectacular, especialmente iluminada por la noche.

Descubriendo Montmartre

Montmartre, con su ambiente bohemio, es uno de nuestros lugares favoritos en París. Las calles adoquinadas, los artistas pintando al aire libre y la imponente Basílica del Sagrado Corazón crean una atmósfera única. Subir la colina hasta la basílica puede ser un reto, pero la vista desde la cima lo vale. Este barrio es perfecto para pasear sin rumbo fijo y descubrir rincones encantadores.

Crucero por el Sena

Para ver París desde una perspectiva diferente, un crucero por el Sena es una excelente opción. Navegar por el río te permite admirar monumentos como Notre-Dame, el Museo de Orsay y, por supuesto, la Torre Eiffel desde el agua. Nosotros optamos por un crucero nocturno, disfrutando de las luces de la ciudad mientras cenábamos a bordo. Es una experiencia mágica que recomendamos a todos los que planean un viaje a Francia.

Explorando los Jardines de Luxemburgo

Los Jardines de Luxemburgo son un oasis de tranquilidad en medio de la bulliciosa ciudad. Este parque es perfecto para un paseo relajante o un pícnic. Nosotros pasamos una tarde aquí, disfrutando de los hermosos jardines, las fuentes y las esculturas. Los niños pueden disfrutar de actividades como navegar pequeños barcos en el estanque central.

Disfrutando de la gastronomía parisina

Uno de los mayores placeres de visitar París es disfrutar de su gastronomía. Desde croissants recién horneados y baguettes crujientes hasta sofisticadas cenas en restaurantes con estrellas Michelin, la oferta culinaria es increíble. Nosotros probamos el clásico café con croissant en una boulangerie local, comimos crepes en un puesto callejero y cenamos en un elegante bistró. Cada comida fue una delicia y una parte esencial de nuestra experiencia en París.

Explorando Le Marais

Le Marais es uno de los barrios más vibrantes y diversos de París. Conocido por sus estrechas calles medievales, tiendas de moda y una vibrante escena LGBTQ+, este barrio tiene mucho que ofrecer. Nosotros pasamos una tarde explorando sus boutiques, visitando el Museo Picasso y disfrutando de un delicioso falafel en uno de sus famosos restaurantes.

París es una ciudad que nunca deja de sorprender. Desde sus monumentos icónicos hasta sus encantadores barrios, cada rincón tiene algo especial que ofrecer. Durante nuestras vacaciones, descubrimos que siempre hay algo nuevo que ver y hacer en Francia y en esta maravillosa ciudad. ¡Esperamos que disfrutes tanto como nosotros!

El Valle del Loira: castillos y viñedos

El Valle del Loira es una región que parece sacada de un cuento de hadas, con sus majestuosos castillos y extensos viñedos. Durante nuestras vacaciones en Francia, este lugar se convirtió en uno de nuestros favoritos. Si te preguntas qué ver en Francia y te gusta la historia y el vino, el Valle del Loira es un destino que no puedes perderte.

Nuestro recorrido comenzó en el famoso Castillo de Chambord, una obra maestra de la arquitectura renacentista. Este castillo, con sus numerosas torres y chimeneas, es impresionante tanto por fuera como por dentro. Pasamos horas explorando sus salones y jardines, y cada rincón nos dejó maravillados. Subir a la terraza nos brindó una vista panorámica de los jardines y el bosque circundante, una experiencia que recomendamos a todos.

Otro de los castillos que visitamos fue el Castillo de Chenonceau, conocido como el “Castillo de las Damas” debido a las mujeres influyentes que lo habitaron y decoraron. Este castillo, que se extiende sobre el río Cher, es uno de los más hermosos del Valle del Loira. Los interiores son elegantes y los jardines, perfectamente cuidados, son un lugar ideal para pasear. Si te preguntas qué hacer en Francia para sentirte como parte de la realeza, una visita a Chenonceau es imprescindible.

No podíamos dejar de lado una visita al Castillo de Amboise, donde Leonardo da Vinci pasó sus últimos años. El castillo ofrece una mezcla de arquitectura gótica y renacentista, y desde sus terrazas se tienen vistas espectaculares del río Loira. Cerca del castillo, visitamos la Clos Lucé, la última residencia de Da Vinci, donde se pueden ver sus inventos y modelos.

El Valle del Loira no es solo famoso por sus castillos, sino también por sus viñedos y bodegas. Decidimos hacer una ruta del vino y visitar algunas de las bodegas más renombradas de la región. En Vouvray, degustamos vinos blancos frescos y afrutados que nos encantaron. Cada bodega que visitamos ofrecía una experiencia única, desde pequeñas bodegas familiares hasta grandes productores.

Uno de los aspectos más encantadores de viajar por el Valle del Loira es conducir a lo largo del río y descubrir pequeños pueblos pintorescos. En cada parada, encontrábamos mercados locales, tiendas de antigüedades y encantadoras cafeterías. ¿Qué hacer en Francia para disfrutar del ambiente local?, detenerse en estos pueblos, conversar con los lugareños y probar productos regionales como los quesos y embutidos.

Nos alojamos en una encantadora casa rural, rodeada de viñedos. Cada mañana, despertábamos con vistas impresionantes y disfrutábamos de desayunos caseros con productos frescos. Este tipo de alojamiento nos permitió relajarnos y conectar con la naturaleza, algo que siempre buscamos en nuestras vacaciones en Francia.

El Valle del Loira es también un lugar ideal para actividades al aire libre. Realizamos paseos en bicicleta por rutas bien señalizadas que nos llevaron a través de viñedos y bosques. Además, navegamos en canoa por el río Loira, una experiencia tranquila y refrescante que nos permitió admirar los castillos desde otra perspectiva.

En resumen, el Valle del Loira es un destino que combina historia, belleza natural y experiencias gastronómicas excepcionales. Cada castillo, viñedo y pueblo tiene su propio encanto y juntos crean una experiencia inolvidable. Si estás planificando un viaje a Francia, asegúrate de incluir el Valle del Loira en tu itinerario.

La Costa Azul: lujo y belleza natural

La Costa Azul, o Riviera Francesa, es conocida por su impresionante belleza natural y su ambiente de lujo. Durante nuestras vacaciones en Francia, este destino nos ofreció una mezcla perfecta de sol, mar y cultura. Si buscas qué ver en Francia y quieres experimentar el glamour y la tranquilidad al mismo tiempo, la Costa Azul es el lugar ideal.

Explorando Niza

Nuestra aventura comenzó en Niza, una de las ciudades más emblemáticas de la Costa Azul. Pasear por el Paseo de los Ingleses, con sus palmeras y vistas al mar Mediterráneo, es una experiencia que no te puedes perder. Nos encantó perdernos por el casco antiguo, con sus estrechas calles y mercados vibrantes. Las playas de guijarros y las aguas cristalinas nos invitaron a relajarnos y disfrutar del sol.

La elegancia de Cannes

Después de Niza, nos dirigimos a Cannes, famosa por su festival de cine. Aquí, caminamos por el Boulevard de la Croisette, rodeados de boutiques de lujo y hoteles de cinco estrellas. Las playas privadas y los elegantes restaurantes nos dieron una idea del estilo de vida glamoroso de la Riviera Francesa. Si te preguntas qué hacer en Francia para sentirte como una estrella, una visita a Cannes es imprescindible.

El encanto de Saint-Tropez

Saint-Tropez, con su mezcla de puerto pesquero y destino de celebridades, fue otra parada destacada en nuestro viaje a Francia. Pasear por el puerto y admirar los yates de lujo mientras disfrutábamos de un helado fue una experiencia encantadora. La Plaza de los Lices, con su mercado y cafés al aire libre, nos permitió sumergirnos en la vida local. Además, las playas de Pampelonne nos ofrecieron arenas doradas y aguas turquesas perfectas para nadar.

El pueblo medieval de Eze

El pintoresco pueblo de Eze, ubicado en una colina con vistas al mar, nos sorprendió con su belleza medieval. Caminamos por sus estrechas calles adoquinadas y visitamos el Jardín Exótico, desde donde se tienen vistas panorámicas impresionantes. La visita a la perfumería Fragonard fue una experiencia aromática única. Eze es un lugar mágico para quienes buscan una mezcla de historia y vistas espectaculares.

El Principado de Mónaco

Ningún recorrido por la Costa Azul estaría completo sin una visita a Mónaco. Este pequeño principado es sinónimo de lujo y sofisticación. Visitamos el famoso Casino de Montecarlo y paseamos por el puerto, admirando los yates y los coches de lujo. El Palacio del Príncipe y la Catedral de Mónaco son otros lugares imprescindibles que exploramos. Si buscas qué hacer en Francia para experimentar el lujo en su máxima expresión, Mónaco es el sitio indicado.

Las playas de Antibes

Antibes, con sus playas de arena y su encantador casco antiguo, fue otra joya que descubrimos en la Costa Azul. Visitamos el Museo Picasso, ubicado en el Castillo Grimaldi, y disfrutamos de un paseo por el puerto de Vauban, uno de los más grandes de Europa. Las playas de Juan-les-Pins nos ofrecieron un lugar perfecto para relajarnos y disfrutar del mar.

La tranquilidad de Villefranche-sur-Mer

Villefranche-sur-Mer, con su bahía de aguas cristalinas y su casco antiguo colorido, fue el lugar perfecto para terminar nuestra exploración de la Costa Azul. Disfrutamos de una comida junto al mar y paseamos por la ciudad, admirando las casas pintadas de vivos colores. La Capilla de San Pedro, decorada por Jean Cocteau, es una visita obligada en este pintoresco pueblo.

La Costa Azul es un destino que combina lujo, historia y belleza natural de una manera única. Durante nuestras vacaciones en Francia, cada ubicación que visitamos nos dejó con ganas de explorar más. Si estás planificando un viaje a Francia, asegúrate de incluir la Costa Azul en tu itinerario para disfrutar de todo lo que este fascinante destino tiene para ofrecer.

Provenza: campos de lavanda y encanto rural

La Provenza es una región de Francia conocida por sus hermosos campos de lavanda, pintorescos pueblos y paisajes que parecen sacados de una postal. Durante nuestras vacaciones en Francia, nos enamoramos de la serenidad y belleza de esta región. Si te preguntas qué ver en Francia para experimentar la vida rural francesa, la Provenza es el lugar perfecto.

Campos de lavanda en Valensole

Nuestra primera parada fue en la meseta de Valensole, famosa por sus extensos campos de lavanda. Visitamos durante el verano, cuando la lavanda está en plena floración, y el aroma en el aire era simplemente embriagador. Paseamos entre los campos, tomamos fotos y disfrutamos de la tranquilidad del paisaje. Es un espectáculo natural que definitivamente deberías incluir en tu viaje a Francia.

El encanto de Gordes

Gordes es uno de los pueblos más bonitos de la Provenza, con sus casas de piedra construidas en la ladera de una colina. Paseamos por sus estrechas calles, admirando la arquitectura y disfrutando de las vistas panorámicas. La Abadía de Sénanque, rodeada de campos de lavanda, es una visita obligada. Este lugar nos ofreció una sensación de paz y serenidad que pocas veces habíamos experimentado.

Mercados provenzales

Uno de los aspectos más encantadores de la Provenza son sus mercados locales. Visitamos el mercado de L’Isle-sur-la-Sorgue, conocido por sus antigüedades y productos frescos. Pasear por los puestos, probar quesos, aceitunas y frutas frescas fue una delicia. Los mercados provenzales son una excelente manera de sumergirse en la cultura local y descubrir qué hacer en Francia para vivir como un auténtico francés.

El pueblo de Roussillon

Roussillon, con sus casas pintadas en tonos rojizos y ocres, es otro de los pueblos que nos robó el corazón. Caminamos por el sendero de los Ocres, un paisaje de formaciones rocosas de colores vibrantes que contrastan con el cielo azul. El pueblo en sí es un laberinto de calles estrechas y plazas encantadoras, perfecto para explorar a pie y descubrir rincones escondidos.

La ciudad de Aviñón

Aviñón, con su impresionante Palacio de los Papas y el famoso puente Pont d’Avignon, fue otra de nuestras paradas. Esta ciudad, con su rica historia y arquitectura medieval, nos ofreció una mezcla de cultura y entretenimiento. Paseamos por las murallas antiguas y disfrutamos de un espectáculo en el Festival de Aviñón. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de eventos culturales, Aviñón es el lugar ideal.

El encanto de Saint-Rémy-de-Provence

Saint-Rémy-de-Provence es conocido por ser el lugar donde Van Gogh pintó algunas de sus obras más famosas. Visitamos el Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole, donde el artista estuvo internado, y caminamos por los senderos que inspiraron sus pinturas. El pueblo tiene un ambiente tranquilo y acogedor, con cafés al aire libre y tiendas de artesanía que invitan a relajarse y disfrutar del entorno.

Les Baux-de-Provence

Les Baux-de-Provence es un pueblo fortificado ubicado en lo alto de una colina, con vistas espectaculares de los alrededores. Exploramos el castillo en ruinas y disfrutamos de las vistas panorámicas desde las murallas. Las Carrières de Lumières, un espectáculo de arte multimedia en antiguas canteras, fue una experiencia visual impresionante que no puedes perderte durante tu viaje a Francia.

La Provenza es una región llena de encanto y belleza, donde cada pueblo y paisaje tiene algo especial que ofrecer. Desde los campos de lavanda hasta los mercados locales, cada momento en la Provenza es una oportunidad para descubrir qué hacer en Francia y disfrutar de la vida rural en su máxima expresión.

Normandía: historia y paisajes impresionantes

Normandía es una región de Francia llena de historia y belleza natural. Durante nuestras vacaciones en Francia, exploramos sus playas históricas, pueblos encantadores y paisajes espectaculares. Si buscas qué ver en Francia con un enfoque histórico y natural, Normandía tiene mucho que ofrecer.

Las playas del desembarco

Nuestra primera parada en Normandía fueron las famosas playas del Desembarco de Normandía. Visitamos Omaha Beach y Utah Beach, donde caminamos por la arena que una vez fue escenario de la histórica invasión del Día D. Los museos y memoriales en la zona proporcionan una comprensión profunda de los eventos que ocurrieron aquí. Es un lugar emotivo y una experiencia esencial para quienes se interesan por la historia.

El pintoresco pueblo de Honfleur

Honfleur es uno de los pueblos más pintorescos que visitamos en nuestro viaje a Francia. Este encantador puerto, con sus casas de madera y adoquines, parece salido de una postal. Paseamos por el puerto viejo, disfrutando de la vista de los barcos y comiendo en uno de los muchos restaurantes de mariscos. La iglesia de Santa Catalina, hecha completamente de madera, es un punto destacado que no puedes perderte.

Los impresionantes acantilados de Étretat

Los acantilados de Étretat son una maravilla natural que nos dejó sin aliento. Caminamos por los senderos que recorren la cima de los acantilados, disfrutando de vistas panorámicas del mar y las formaciones rocosas. Los arcos naturales y la aguja de roca, inmortalizados por artistas como Monet, son realmente impresionantes. Este es un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y la fotografía.

El Monte Saint-Michel

El Monte Saint-Michel es uno de los destinos más icónicos de Francia. Esta abadía situada en una isla rocosa nos ofreció una experiencia única. Caminamos por las estrechas calles adoquinadas, subimos hasta la abadía y disfrutamos de vistas espectaculares desde la cima. La marea cambiante que rodea la isla añade un elemento mágico a la visita. Si buscas algo que hacer en Francia que combine historia y belleza, el Monte Saint-Michel es imprescindible. Tenemos un apartado sólo para esta maravilla, así que lee hasta el final del artículo.

El Memorial de Caen

El Memorial de Caen es un museo dedicado a la paz y la historia de la Segunda Guerra Mundial. Pasamos varias horas explorando las exposiciones, que ofrecen una perspectiva detallada de la guerra y sus consecuencias. Este museo es una parada educativa e impactante en Normandía, proporcionando un contexto profundo para las visitas a las playas del desembarco.

La ciudad de Rouen

Rouen, con su rica historia medieval, fue otra de nuestras paradas. Visitamos la catedral de Rouen, famosa por sus magníficas fachadas y por ser pintada por Monet en diversas épocas del día. La plaza del mercado, donde Juana de Arco fue quemada en la hoguera, es un lugar lleno de historia. Pasear por las calles adoquinadas y admirar las casas con entramado de madera fue una delicia.

Degustación de sidra y camembert

Normandía es famosa por su sidra y queso camembert, y no podíamos dejar de probarlos. Visitamos una sidrería local, donde aprendimos sobre el proceso de elaboración de la sidra y degustamos diferentes variedades. También visitamos una granja que produce camembert, disfrutando de una cata de quesos que nos dejó con ganas de más. Estas experiencias gastronómicas son una parte esencial de cualquier viaje a Francia.

Normandía nos ofreció una mezcla única de historia, naturaleza y gastronomía. Cada lugar que visitamos nos proporcionó una nueva perspectiva sobre la región y una mayor apreciación de su rica herencia. Si estás planeando tus vacaciones en Francia, asegúrate de incluir Normandía en tu itinerario para disfrutar de todo lo que esta fascinante región tiene para ofrecer.

Alsacia: pueblos encantadores y vinos blancos

Alsacia es una región en el este de Francia que combina un encanto medieval con una tradición vinícola de alta calidad. Durante nuestras vacaciones en Francia, descubrimos que Alsacia tiene una magia especial, con sus pintorescos pueblos, arquitectura única y excelentes vinos. Si buscas qué ver en Francia que ofrezca una experiencia histórica y gastronómica, Alsacia es un destino ideal.

El pintoresco pueblo de Colmar

Nuestra primera parada en Alsacia fue Colmar, un pueblo que parece salido de un cuento de hadas. Las casas con entramado de madera y colores vibrantes bordean los canales, creando una atmósfera mágica. Paseamos por el casco antiguo, visitando la Pequeña Venecia y el Museo Unterlinden, que alberga el famoso Retablo de Isenheim. Colmar es un lugar perfecto para disfrutar de la belleza medieval y el encanto local.

Degustación de vinos en Riquewihr

Riquewihr, conocido por su producción de vinos, fue nuestra siguiente parada. Este encantador pueblo está rodeado de viñedos y ofrece numerosas bodegas donde puedes degustar vinos locales. Visitamos varias bodegas y probamos vinos como el Riesling y el Gewürztraminer, que son característicos de la región. La experiencia de caminar por las calles adoquinadas y entrar en las bodegas históricas fue inolvidable. Si te preguntas qué hacer en Francia para disfrutar del vino, Riquewihr es el lugar perfecto.

Estrasburgo: la capital de Alsacia

Estrasburgo, la capital de Alsacia, es una ciudad que combina modernidad y tradición. El casco antiguo, conocido como la Gran Isla, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La catedral de Estrasburgo, con su impresionante aguja gótica, es un punto destacado. Paseamos por el barrio de la Petite France, con sus canales y casas de entramado de madera. También visitamos el Parlamento Europeo, que añade un toque contemporáneo a esta ciudad histórica. Estrasburgo es un destino esencial para cualquier viajero.

El castillo de Haut-Koenigsbourg

El castillo de Haut-Koenigsbourg, situado en una colina con vistas panorámicas, nos transportó a la época medieval. Este castillo restaurado ofrece una visión fascinante de la vida en la Edad Media. Exploramos sus torres, murallas y jardines, disfrutando de las vistas impresionantes del paisaje alsaciano. El castillo es un lugar increíble para los amantes de la historia y la arquitectura.

Los encantadores pueblos de Eguisheim y Kaysersberg

Eguisheim y Kaysersberg son dos de los pueblos más encantadores de Alsacia. En Eguisheim, caminamos por las calles circulares que rodean el centro histórico, admirando las casas de colores y flores. En Kaysersberg, visitamos las ruinas del castillo y paseamos por el río que atraviesa el pueblo. Ambos pueblos ofrecen una experiencia auténtica de la vida alsaciana y son lugares ideales para disfrutar de un ambiente tranquilo y pintoresco.

La ruta del vino de Alsacia

La Ruta del Vino de Alsacia es una experiencia obligatoria para cualquier amante del vino. Conducimos por esta ruta escénica, deteniéndonos en diferentes pueblos y bodegas a lo largo del camino. Cada parada nos ofreció la oportunidad de degustar vinos excepcionales y aprender sobre la producción vinícola de la región. La belleza del paisaje, combinada con la calidad del vino, hizo de esta ruta una de nuestras actividades favoritas durante el viaje a Francia.

Los mercados navideños

Visitamos Alsacia durante la temporada navideña, y los mercados navideños añadieron una capa extra de magia a nuestra experiencia. Estrasburgo y Colmar tienen algunos de los mercados navideños más famosos de Europa, llenos de luces, decoraciones y puestos que venden artesanías y delicias locales. Pasear por estos mercados, con un vino caliente en la mano, fue una manera perfecta de sumergirse en el espíritu festivo.

Alsacia es una región que combina lo mejor de la historia, la cultura y la gastronomía francesa. Desde sus pueblos pintorescos hasta sus vinos de alta calidad, cada momento en Alsacia es una oportunidad para descubrir qué hacer en Francia y disfrutar de la vida al máximo.

La Bretaña: cultura celta y acantilados dramáticos

La Bretaña es una región de Francia con una rica herencia celta, paisajes impresionantes y una costa escarpada. Durante nuestras vacaciones en Francia, nos fascinó la diversidad cultural y natural de esta región. Si buscas qué ver en Francia que combine historia antigua y belleza natural, la Bretaña es una opción perfecta.

Explorando Saint-Malo

Nuestra primera parada fue en Saint-Malo, una ciudad amurallada con una historia marítima fascinante. Caminamos por las murallas que rodean la ciudad, disfrutando de las vistas al mar y las playas. El casco antiguo, con sus calles adoquinadas y casas de piedra, nos transportó a otra época. También visitamos el Museo de Historia de Saint-Malo, donde aprendimos sobre la vida de los corsarios y la historia de la ciudad. Saint-Malo es un lugar esencial que ver en Francia para los amantes de la historia y la arquitectura.

El encanto de Dinan

Dinan es uno de los pueblos medievales más encantadores de la Bretaña. Paseamos por sus estrechas calles empedradas y admiramos las casas con entramado de madera. Subimos a la Torre del Reloj para disfrutar de una vista panorámica del pueblo y sus alrededores. El puerto de Dinan, a orillas del río Rance, es un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la tranquilidad. Si te preguntas qué hacer en Francia para experimentar la atmósfera medieval, Dinan es el sitio ideal.

Los megalitos de Carnac

Carnac es famoso por sus alineaciones de menhires, uno de los conjuntos megalíticos más grandes del mundo. Caminamos entre los miles de piedras erguidas, admirando estas estructuras antiguas que datan de la prehistoria. La visita al Museo de Prehistoria de Carnac nos proporcionó un contexto fascinante sobre los orígenes y significados de estos monumentos. Este sitio es una visita obligada para los que se preguntan qué ver en Francia y están interesados en la arqueología y la historia antigua.

Los acantilados de la Pointe du Raz

La Pointe du Raz, con sus dramáticos acantilados y vistas espectaculares del Atlántico, es uno de los paisajes más impresionantes de la Bretaña. Caminamos por los senderos que bordean los acantilados, sintiendo la brisa marina y disfrutando de la vista de las olas rompiendo contra las rocas. Este lugar es perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo. La belleza salvaje de la Pointe du Raz es realmente inolvidable.

La ciudad de Quimper

Quimper, con su catedral gótica de San Corentino y sus encantadoras casas con entramado de madera, fue otra de nuestras paradas. Paseamos por el casco antiguo, visitamos el Museo de Bellas Artes y disfrutamos de la gastronomía local en uno de los muchos restaurantes tradicionales. Quimper es conocida por su cerámica, y visitamos una de las fábricas para ver el proceso de fabricación y comprar algunas piezas únicas. Este pueblo ofrece una rica mezcla de cultura y arte.

El festival intercéltico de Lorient

Durante nuestra estancia en Bretaña, tuvimos la suerte de asistir al Festival Intercéltico de Lorient. Este evento anual celebra la cultura celta con música, danza y comida de diferentes regiones celtas. Disfrutamos de conciertos, desfiles y demostraciones de bailes tradicionales. El festival es una experiencia vibrante y llena de energía para sumergirse en la cultura celta.

La isla de Bréhat

La isla de Bréhat, conocida como la “Isla de las Flores”, es un paraíso natural al que llegamos en ferry desde la costa. Paseamos en bicicleta por sus senderos, admirando los jardines floridos y las vistas al mar. La isla es un lugar tranquilo y hermoso y no podía faltar en nuestra lista de qué ver en Francia para aquellos que buscan escapar del bullicio y conectar con la naturaleza.

La Bretaña nos ofreció una combinación única de cultura celta, paisajes dramáticos y experiencias auténticas. Cada lugar que visitamos nos mostró una nueva faceta de esta fascinante región. Si estás planeando un viaje a Francia, asegúrate de incluir la Bretaña en tu itinerario para disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer.

Los Alpes franceses: aventuras en la montaña

Los Alpes franceses son el destino perfecto para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre. Durante nuestras vacaciones en Francia, descubrimos que esta región ofrece paisajes impresionantes y una amplia variedad de aventuras. Si te preguntas qué ver en Francia y disfrutas de las montañas, los Alpes franceses te encantarán.

Esquiando en Chamonix

Nuestra primera parada fue Chamonix, uno de los destinos de turismo blanco más famosos del mundo. Las pistas de Chamonix ofrecen una experiencia inigualable para esquiadores de todos los niveles. Pasamos varios días esquiando y disfrutando de la impresionante vista del Mont Blanc, el pico más alto de Europa occidental. Si buscas qué hacer en Francia durante el invierno, el esquí en Chamonix es una opción ideal.

Senderismo en el Mont Blanc

En verano, los Alpes franceses se transforman en un paraíso para el senderismo. Decidimos hacer una ruta de senderismo en el Mont Blanc, explorando sus hermosos valles y picos nevados. Los senderos están bien señalizados y ofrecen vistas espectaculares en cada giro. Una de nuestras caminatas favoritas fue la ruta hacia el Lago Blanco, donde las aguas cristalinas reflejan las montañas circundantes. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de la naturaleza, el Mont Blanc es imprescindible.

El encantador pueblo de Annecy

Annecy, conocida como la “Venecia de los Alpes”, nos sorprendió con sus canales pintorescos y su encantador casco antiguo. Paseamos por las calles adoquinadas, admirando las casas de colores y las vistas al lago Annecy. Alquilamos bicicletas y recorrimos el carril bici que bordea el lago, disfrutando de los paisajes y del aire fresco de la montaña. Annecy es un lugar perfecto para quienes buscan un ambiente tranquilo y romántico.

Parapente en Annecy

Annecy es también un destino popular para el parapente. Decidimos probar esta emocionante actividad, y fue una de las experiencias más memorables de nuestras vacaciones en Francia. Volar sobre el lago Annecy y los Alpes, disfrutando de las vistas panorámicas, fue una aventura única. Si buscas qué hacer en Francia para tener una dosis de adrenalina, el parapente en Annecy es una opción excelente.

Visitando Grenoble

Grenoble, conocida como la “Capital de los Alpes”, es una ciudad vibrante con una rica historia y muchas actividades al aire libre. Visitamos la Bastilla de Grenoble, una fortaleza situada en una colina con vistas espectaculares de la ciudad y las montañas. Tomamos el teleférico hasta la cima y exploramos los senderos y las vistas panorámicas. Grenoble es un destino ideal para combinar la vida urbana con la proximidad a la naturaleza.

Ciclismo en el Tour de Francia

Los Alpes franceses son famosos por ser parte de las etapas más desafiantes del Tour de Francia. Alquilamos bicicletas y probamos una de las rutas icónicas, disfrutando del reto y del paisaje impresionante. La subida al Alpe d’Huez, con sus 21 curvas cerradas, fue una experiencia exigente pero gratificante. Para los entusiastas del ciclismo, esta es una actividad que no se puede perder.

Relajación en los baños termales

Después de todas las actividades al aire libre, decidimos relajarnos en los baños termales de los Alpes. Visitamos los baños termales de Saint-Gervais-les-Bains, donde disfrutamos de las aguas cálidas y las instalaciones de spa. Este fue el final perfecto para nuestras aventuras en la montaña, permitiéndonos relajarnos y rejuvenecer antes de continuar nuestro viaje a Francia.

Los Alpes franceses nos ofrecieron una combinación perfecta de aventura y belleza natural. Desde el esquí y el senderismo hasta el parapente y el ciclismo, cada actividad nos permitió descubrir una nueva faceta de esta increíble región. Si estás planeando tus vacaciones en Francia, asegúrate de incluir los Alpes franceses en tu itinerario para disfrutar de todo lo que tienen para ofrecer.

Burdeos: la capital del vino

Burdeos es conocida mundialmente por sus vinos excepcionales y su rica herencia cultural. Durante nuestras vacaciones en Francia, nos sumergimos en el mundo del vino y exploramos la vibrante vida de esta ciudad. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de una experiencia vinícola única, Burdeos es el lugar perfecto.

Degustación de vinos en Médoc

Nuestra aventura en Burdeos comenzó con una visita a la región vinícola de Médoc, famosa por sus prestigiosos viñedos. Participamos en tours de cata de vinos en varias bodegas, donde aprendimos sobre el proceso de elaboración y probamos algunos de los mejores vinos tintos del mundo. Los paisajes de viñedos infinitos y los châteaux históricos hicieron de esta experiencia algo inolvidable. Si te preguntas qué hacer en Francia para los amantes del vino, una visita a Médoc es imprescindible.

Explorando la ciudad de Burdeos

La ciudad de Burdeos es una mezcla encantadora de arquitectura histórica y modernidad vibrante. Paseamos por el casco antiguo, conocido como el Puerto de la Luna, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Visitamos la impresionante Catedral de San Andrés y caminamos por la Plaza de la Bolsa, donde el Espejo de Agua reflejaba las hermosas fachadas de los edificios. Burdeos es un lugar esencial para los aficionados a la historia y la arquitectura.

La Cité du Vin

Uno de los puntos destacados de nuestra visita a Burdeos fue La Cité du Vin, un museo interactivo dedicado al vino. Aquí, exploramos exhibiciones que nos llevaron a través de la historia del vino, su producción y su impacto en diferentes culturas. La visita culminó con una cata de vinos en la terraza panorámica, que ofrece vistas espectaculares de la ciudad. Este museo es una parada obligada para cualquier entusiasta del vino.

Paseo por el río Garona

Una de las mejores maneras de ver Burdeos es desde el río Garona. Hicimos un crucero fluvial que nos permitió disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y sus monumentos históricos. El paseo nos llevó bajo los puentes antiguos y nos ofreció una perspectiva diferente de Burdeos. Este relajante recorrido es una excelente actividad para disfrutar de la ciudad desde otra perspectiva.

Los viñedos de Saint-Émilion

Saint-Émilion, otro de los famosos viñedos de Burdeos, es un encantador pueblo medieval rodeado de viñedos. Paseamos por sus calles adoquinadas y visitamos la iglesia monolítica, una impresionante estructura subterránea tallada en roca. Las catas de vino en las bodegas locales fueron una delicia, y los paisajes ondulantes de viñedos nos dejaron sin aliento. Saint-Émilion es un lugar maravilloso para disfrutar del vino y la historia en un entorno pintoresco.

Gastronomía de Burdeos

La gastronomía de Burdeos es tan rica y variada como sus vinos. Disfrutamos de comidas en bistrós tradicionales, probando platos locales como el magret de canard y los canelés, un delicioso postre de la región. Además, visitamos mercados locales, como el Marché des Capucins, donde probamos quesos, embutidos y otros productos regionales. La comida es una parte esencial de la experiencia en Burdeos y una excelente manera para disfrutar de la cultura local.

El Gran Teatro de Burdeos

El Gran Teatro de Burdeos es uno de los teatros más bellos de Europa. Tuvimos la oportunidad de asistir a una ópera en este impresionante edificio neoclásico, disfrutando de su acústica excepcional y su elegante interior. Para los amantes de las artes, una visita al Gran Teatro es una actividad imprescindible.

Burdeos nos ofreció una experiencia rica en cultura, historia y, por supuesto, vino. Cada lugar que visitamos nos permitió descubrir una nueva faceta de esta fascinante ciudad. Si estás planeando un viaje a Francia, Burdeos debería estar en tu lista para disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer.

Lyon: gastronomía y patrimonio histórico

Lyon es una ciudad que combina una rica historia con una vibrante escena gastronómica. Durante nuestras vacaciones en Francia, descubrimos por qué Lyon es considerada la capital de la gastronomía francesa. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de una experiencia culinaria y cultural, Lyon es el destino perfecto.

Explorando el casco antiguo

Nuestra aventura en Lyon comenzó en el casco antiguo, conocido como Vieux Lyon, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Paseamos por las estrechas calles adoquinadas, admirando las casas renacentistas y los pasajes secretos llamados “traboules”. Visitamos la Catedral de San Juan Bautista, con su impresionante fachada gótica y su reloj astronómico. El casco antiguo es un lugar encantador para sumergirse en la historia y la arquitectura.

La Basílica de Notre-Dame de Fourvière

La Basílica de Notre-Dame de Fourvière es uno de los símbolos de Lyon y ofrece vistas panorámicas de la ciudad. Subimos a la colina de Fourvière, donde la basílica se encuentra majestuosamente, y exploramos su interior adornado con mosaicos dorados. Desde el mirador, disfrutamos de una vista espectacular de Lyon y el río Ródano. Esta visita es imprescindible para quienes buscan vistas impresionantes y arquitectura religiosa.

El Museo de Bellas Artes de Lyon

El Museo de Bellas Artes de Lyon, ubicado en un antiguo convento, alberga una impresionante colección de arte que abarca desde la antigüedad hasta el arte moderno. Pasamos horas explorando sus galerías, admirando obras de artistas como Rubens, Rembrandt y Monet. El museo también cuenta con una hermosa colección de esculturas y antigüedades. Para los amantes del arte, este museo es una visita obligada.

Disfrutando de la gastronomía local

Lyon es famosa por su gastronomía, y durante nuestra estancia disfrutamos de muchas delicias locales. Visitamos varios “bouchons”, los tradicionales restaurantes lioneses, donde probamos platos típicos como el quenelle, el saucisson y la tarte à la praline. También exploramos los mercados locales, como el Marché de la Croix-Rousse, donde degustamos quesos, embutidos y otros productos regionales. La gastronomía es una parte esencial de cualquier viaje a Francia, y Lyon es el lugar perfecto para deleitarse.

El Parque de la Tête d’Or

El Parque de la Tête d’Or es un vasto espacio verde en el corazón de Lyon, ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Paseamos por sus hermosos jardines, visitamos el zoológico y navegamos en bote por el lago. Este parque es un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad y un excelente lugar para los que se preguntan qué hacer en Francia y para disfrutar de actividades al aire libre.

La Ópera de Lyon

Tuvimos la oportunidad de asistir a una representación en la Ópera de Lyon, un impresionante edificio que combina arquitectura clásica y moderna. La ópera es conocida por su insuperable acústica y su variada programación, que incluye ópera, ballet y conciertos. Para los aficionados a las artes escénicas, una noche en la ópera es una experiencia inolvidable.

El Barrio de la Confluence

El Barrio de la Confluence es un área moderna y dinámica en Lyon, donde el río Ródano se encuentra con el río Saona. Exploramos este barrio contemporáneo, con su arquitectura innovadora, centros comerciales y espacios culturales. Visitamos el Museo de la Confluence, que ofrece fascinantes exposiciones sobre ciencias naturales y antropología. Este barrio es un ejemplo de la evolución urbana y es un interesante lugar.

Lyon nos ofreció una combinación perfecta de historia, cultura y gastronomía. Cada experiencia en esta ciudad nos permitió descubrir algo nuevo y emocionante. Si estás planeando tus vacaciones en Francia, asegúrate de incluir Lyon en tu itinerario para disfrutar de todo lo que esta maravillosa ciudad tiene para ofrecer.

Córcega: isla de belleza y diversidad natural

Córcega es una isla que ofrece una impresionante variedad de paisajes y actividades. Durante nuestras vacaciones en Francia, descubrimos que esta isla mediterránea es un destino perfecto para aquellos que buscan naturaleza, historia y aventura. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de una experiencia insular única, Córcega es una excelente opción.

Ajaccio: la cuna de Napoleón

Nuestra exploración de Córcega comenzó en Ajaccio, la ciudad natal de Napoleón Bonaparte. Paseamos por el casco antiguo, visitando la casa donde nació Napoleón, que ahora es un museo. También exploramos la catedral de Ajaccio y el mercado local, donde probamos productos típicos como el queso brocciu y la charcutería corsa. Ajaccio es un lugar fascinante para los aficionados a la historia.

Las playas de Porto-Vecchio

Porto-Vecchio es famosa por sus playas de arena blanca y aguas cristalinas. Pasamos varios días relajándonos en playas como Palombaggia y Santa Giulia, disfrutando del sol y el mar. Estas playas son ideales para nadar, hacer snorkel y practicar deportes acuáticos. Si buscas qué hacer en Francia para disfrutar de la playa, Porto-Vecchio es el destino perfecto.

Senderismo en las montañas de Bavella

Las montañas de Bavella ofrecen algunos de los mejores senderos de senderismo en Córcega. Hicimos una caminata por el famoso sendero GR20, que atraviesa paisajes montañosos y bosques de pinos. Las vistas desde los picos eran espectaculares y la experiencia de caminar por estos senderos fue inolvidable. Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, esta es una actividad esencial.

Bonifacio: ciudad fortificada

Bonifacio, situada en el extremo sur de Córcega, es una ciudad fortificada con una historia fascinante. Paseamos por las estrechas calles del casco antiguo y visitamos la ciudadela, que ofrece vistas impresionantes del mar Mediterráneo. También hicimos un recorrido en barco por las cuevas y acantilados cercanos. Bonifacio es un lugar increíble para aquellos interesados en la historia y la belleza natural.

La Reserva Natural de Scandola

La Reserva Natural de Scandola es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Hicimos una excursión en barco para explorar esta área protegida, admirando los acantilados rocosos, las calas escondidas y la vida marina. La reserva es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y ofrece una experiencia única de biodiversidad. Esta visita es imprescindible para quienes desean conectarse con la naturaleza.

La ruta de los vinos corsos

Córcega tiene una larga tradición vinícola y decidimos explorar esta faceta de la isla. Visitamos varias bodegas en la región de Patrimonio, donde degustamos vinos locales como el Nielluccio y el Vermentino. Aprendimos sobre los métodos de producción y disfrutamos de catas en entornos pintorescos. Para los aficionados al vino, esta es una experiencia esencial.

Calvi y su ciudadela

Calvi, con su impresionante ciudadela y su puerto animado, fue otra de nuestras paradas en Córcega. Subimos a la ciudadela, desde donde tuvimos vistas panorámicas de la bahía y las montañas circundantes. El casco antiguo de Calvi, con sus calles empedradas y cafés al aire libre, es un lugar encantador para explorar a pie.

Deportes acuáticos en Propriano

Propriano es un destino popular para deportes acuáticos en Córcega. Probamos actividades como el windsurf, el paddle surf y el buceo en las aguas claras de esta región. Las condiciones eran perfectas y la experiencia de disfrutar del mar de manera activa fue increíble. Para los amantes de los deportes acuáticos y el turismo azul, Propriano es un lugar ideal.

Córcega nos ofreció una combinación perfecta de aventura, belleza natural y experiencias culturales. Cada sitio que visitamos en esta isla nos mostró una nueva faceta de su encanto. Si estás planeando tus vacaciones en Francia, asegúrate de incluir Córcega en tu itinerario para disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer.

Marsella: puerto histórico y diversidad cultural

Marsella es una de las ciudades más antiguas de Francia y un vibrante puerto en el Mediterráneo. Durante nuestras vacaciones en Francia, descubrimos la rica historia y la diversidad cultural que hacen de Marsella un destino fascinante. Si te preguntas qué ver en Francia para disfrutar de una experiencia urbana única, Marsella es el lugar indicado.

El Puerto Viejo

Nuestra exploración de Marsella comenzó en el Puerto Viejo, el corazón histórico de la ciudad. Paseamos por el muelle, observando los barcos pesqueros y yates de lujo. Disfrutamos de una comida en uno de los numerosos restaurantes de mariscos que bordean el puerto, saboreando especialidades locales como la bouillabaisse. Este puerto es un lugar esencial para captar la esencia marítima de Marsella.

La Basílica de Notre-Dame de la Garde

La Basílica de Notre-Dame de la Garde, situada en lo alto de una colina, ofrece vistas panorámicas espectaculares de Marsella y el mar Mediterráneo. Subimos a la basílica y admiramos su impresionante interior y la estatua dorada de la Virgen María. La vista desde la cima de la colina es inigualable y proporciona una perspectiva completa de la ciudad. Esta visita es imprescindible para disfrutar de vistas impresionantes.

El Barrio del Panier

El Barrio del Panier es el barrio más antiguo de Marsella, con sus calles estrechas y casas coloridas. Paseamos por sus calles laberínticas, descubriendo pequeñas tiendas de artesanía, galerías de arte y cafés acogedores. Visitamos la Vieille Charité, un antiguo hospicio que ahora alberga museos y exposiciones. Este barrio es un lugar encantador para experimentar la auténtica vida local.

El MUCEM

El Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (MUCEM) es un impresionante museo que explora la historia y la cultura del Mediterráneo. Pasamos varias horas explorando sus exposiciones y disfrutando de la arquitectura moderna del edificio, que se integra perfectamente con el Fuerte de San Juan. El puente que conecta el museo con el fuerte ofrece vistas impresionantes del puerto y el mar. Este museo es una visita obligada para los interesados en la cultura mediterránea.

Las Calanques

Las Calanques, una serie de ensenadas rocosas entre Marsella y Cassis, ofrecen uno de los paisajes naturales más impresionantes de Francia. Hicimos una excursión en barco para explorar estas formaciones y nadar en sus aguas cristalinas. También disfrutamos de una caminata por los senderos que atraviesan el Parque Nacional de las Calanques, admirando las vistas panorámicas y la diversidad de flora y fauna. Esta experiencia es ideal para los amantes de la naturaleza.

La Calle de la República

La Calle de la República, una de las arterias principales de Marsella, es perfecta para ir de compras y pasear. Con sus edificios de estilo haussmanniano, esta calle ofrece una variedad de tiendas, desde boutiques de lujo hasta comercios locales. También encontramos varios cafés y restaurantes donde nos detuvimos a disfrutar de la gastronomía local. Pasear por esta calle es una actividad agradable si no sabes qué hacer en Francia.

La Ópera de Marsella

La Ópera de Marsella es un magnífico edificio que alberga una variedad de espectáculos de ópera, ballet y música clásica. Tuvimos la oportunidad de asistir a una representación y quedamos impresionados por la calidad del espectáculo y la belleza del teatro. Para los amantes de las artes escénicas, una noche en la ópera es una experiencia imprescindible.

Marsella nos ofreció una mezcla única de historia, cultura y belleza natural. Cada rincón de esta ciudad vibrante nos mostró algo nuevo y emocionante. Si estás planeando tus vacaciones en Francia, asegúrate de incluir Marsella en tu itinerario para disfrutar de todo lo que esta fascinante ciudad tiene para ofrecer.

Borgoña: cultura del vino y gastronomía exquisita

Uno de los lugares que más nos impresionó fue Borgoña, una región famosa por su vino y su increíble gastronomía. Te cuento un poco sobre nuestra experiencia allí y por qué deberías considerar este destino si te preguntas qué ver en Francia.

La ruta de los Grandes Crus

Comenzamos nuestro recorrido en la Ruta de los Grandes Crus. Esta es la carretera más famosa de Borgoña y atraviesa algunos de los viñedos más prestigiosos del mundo. Nos encontramos en medio de campos de uvas, con hileras perfectamente alineadas que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Cada bodega que visitamos tenía su propia historia y, por supuesto, su propio vino para degustar.

Recuerdo especialmente nuestra parada en Gevrey-Chambertin, donde probamos un vino tinto que era como una explosión de sabores en el paladar. Los productores locales nos explicaron todo el proceso de elaboración, desde la cosecha hasta el embotellado, y aprendimos mucho sobre la diferencia entre los distintos tipos de vino de Borgoña. Fue una experiencia increíblemente enriquecedora y deliciosa.

La gastronomía de Borgoña

No solo el vino nos dejó boquiabiertos. La comida en Borgoña es simplemente espectacular. En Beaune, nos sentamos en un pequeño restaurante familiar y probamos el famoso boeuf bourguignon. Este estofado de carne cocida lentamente en vino tinto era tan tierno que se deshacía en la boca. También disfrutamos del coq au vin, otro plato tradicional que no puedes dejar de probar.

Una de las cosas más divertidas fue visitar el mercado local en Beaune. Había puestos llenos de quesos, embutidos y panes artesanales. Probamos un poco de todo y compramos algunos productos para llevarnos. Ah, y no podemos olvidar la mostaza de Dijon. Fuimos a una pequeña fábrica donde nos explicaron cómo se hace y, por supuesto, la probamos en diferentes variedades. ¡Deliciosa!

Qué hacer en Borgoña: actividades al aire libre y patrimonio histórico

Además de comer y beber, en Borgoña también hay mucho que hacer al aire libre. Alquilamos unas bicicletas y recorrimos los viñedos a nuestro ritmo. El paisaje era precioso, con colinas suaves y pueblos pintorescos. Uno de los días, decidimos hacer una caminata por los alrededores del Canal de Borgoña. Fue una caminata relajante y el canal, con sus aguas tranquilas y barcazas navegando lentamente, nos ofreció vistas encantadoras.

Si te gusta la historia, Borgoña tiene joyas como la abadía de Cluny y la basílica de Vézelay. Visitamos ambos lugares y nos quedamos impresionados por su arquitectura y el sentido de paz que transmiten. Imagínate estar en un lugar donde caminaban los monjes hace cientos de años, es como hacer un viaje en el tiempo.

Experiencias culturales

Durante nuestro viaje, también tuvimos la suerte de coincidir con algunos festivales locales. En Beaune, asistimos a un festival de jazz que se celebraba en un antiguo castillo. La música era increíble y el ambiente, mágico. Había algo especial en escuchar jazz en un sitio con tanta historia.

Borgoña nos ofreció una mezcla perfecta de vino, comida, historia y naturaleza. Fue uno de los puntos destacados de nuestro viaje a Francia, y si te estás preguntando qué ver y hacer en Francia, esta región debería estar en tu lista. Cada día allí fue una nueva aventura y estoy seguro de que te encantaría tanto como a nosotros.

Languedoc-Rosellón: costas soleadas y riqueza histórica

Nuestro viaje por Francia no estaría completo sin visitar Languedoc-Rosellón. Esta región del sur del país es perfecta si te preguntas qué ver en Francia. Es un lugar donde las playas soleadas se mezclan con una historia fascinante. Voy a contarte cómo fue nuestra experiencia allí y por qué deberías considerar este destino.

Las playas de Languedoc-Rosellón

Una de las primeras cosas que hicimos fue explorar las playas. La Grande Motte fue nuestra primera parada. La arena era fina y el agua cristalina, perfecta para nadar. Pasamos un día entero relajándonos bajo el sol, disfrutando del ambiente relajado y tomando algo fresco en uno de los chiringuitos.

Luego, nos dirigimos a Collioure, un encantador pueblo costero con pequeñas calas escondidas. Las aguas eran tan claras que podíamos ver los peces nadando cerca de nuestros pies. Aquí, también tuvimos la oportunidad de hacer un poco de snorkel y descubrir la vida marina. Fue increíble.

Ciudades históricas y patrimonio

Pero Languedoc-Rosellón no es solo playas. También exploramos algunas de sus ciudades históricas, como Carcasona. Esta ciudadela medieval nos dejó sin palabras. Caminamos por sus calles adoquinadas y subimos a las murallas, desde donde las vistas eran espectaculares. Era como estar en un cuento de hadas.

Otro lugar que nos encantó fue Nîmes. Esta ciudad tiene algunos de los monumentos romanos mejor conservados fuera de Italia. Visitamos el anfiteatro, que aún se utiliza para conciertos y eventos. También vimos la Maison Carrée, un templo romano que está en perfecto estado. Fue fascinante imaginar cómo era la vida en la antigua Roma mientras recorríamos estos sitios históricos.

Actividades al aire libre y naturaleza

Languedoc-Rosellón también es ideal para quienes disfrutan de las actividades al aire libre. Decidimos hacer una excursión al Parque Natural Regional de la Camarga. Este lugar es conocido por sus flamencos rosados, caballos salvajes y toros. Hicimos una ruta a caballo y nos sentimos como exploradores en medio de la naturaleza.

Otra de nuestras aventuras fue en las Gargantas del Tarn. Estos cañones ofrecen paisajes impresionantes y son perfectos para el senderismo y el piragüismo. Pasamos un día entero explorando el área, haciendo un picnic junto al río y disfrutando del aire libre. La tranquilidad del lugar y la belleza natural nos dejaron una impresión duradera.

Cultura y gastronomía

La región también es famosa por su vino y su cocina. Visitamos varios viñedos y participamos en catas de vino. Recuerdo especialmente el Picpoul de Pinet, un vino blanco que nos sorprendió por su frescura y sabor. Las bodegas que visitamos nos mostraron todo el proceso de producción y, por supuesto, compramos algunas botellas para llevarnos a casa.

La gastronomía local también nos conquistó. Probamos platos como la bullinada, un guiso de pescado típico de la región, y la brandada de bacalao. Cada comida fue una nueva experiencia culinaria. Además, los mercados locales estaban llenos de productos frescos y sabrosos. Nos encantó pasear por ellos, probar diferentes quesos y comprar algunas delicias para picar.

Festivales y eventos

Tuvimos la suerte de coincidir con algunos eventos durante nuestro viaje. El Festival de Carcasona fue uno de los momentos más memorables. La ciudad estaba llena de música, teatro y danza. Asistimos a un concierto en un entorno increíble, rodeados de murallas medievales.

También visitamos algunos mercados de Navidad, donde compramos productos artesanales y disfrutamos de la atmósfera festiva. Cada evento al que asistimos añadió un toque especial a nuestra visita y nos permitió sumergirnos aún más en la cultura local.

Languedoc-Rosellón es una región que combina a la perfección playas, historia, naturaleza y cultura. Cada día que pasamos allí fue una nueva aventura, y estoy seguro de que te encantaría tanto como a nosotros.

Mont Saint-Michel: la joya medieval

Uno de los destinos más impresionantes de nuestro viaje por Francia fue, sin duda, el Mont Saint-Michel. Este lugar mágico es una joya medieval que se eleva sobre el mar y ofrece una experiencia única. Si te estás preguntando qué ver en Francia y buscas algo realmente especial, Mont Saint-Michel debería estar en tu lista.

La llegada al Mont Saint-Michel

Llegar al Mont Saint-Michel ya es toda una aventura. Recuerdo cómo lo vimos aparecer en el horizonte mientras nos acercábamos. Parecía una escena de una película, con la abadía elevándose majestuosamente sobre una isla rocosa. Aparcamos el coche y tomamos un autobús lanzadera que nos llevó directamente a la entrada del sitio. Mientras caminábamos hacia la isla, podíamos sentir la brisa del mar y ver las mareas que rodean esta impresionante estructura.

Explorando la abadía

Una vez dentro, nos dirigimos directamente a la abadía. Este antiguo monasterio, que data del siglo VIII, es una obra maestra de la arquitectura gótica. Subimos muchas escaleras para llegar a la cima, pero las vistas desde allí valieron cada paso. Desde lo alto, podíamos ver el vasto horizonte del océano y las marismas que rodean el Mont Saint-Michel. Era una vista que quitaba el aliento.

Recorrer la abadía fue como un viaje en el tiempo. Cada sala y cada pasillo tenían su propia historia. Visitamos el refectorio, donde los monjes solían comer en silencio, y la iglesia, que aún conserva su atmósfera sagrada. También pudimos ver la impresionante sala de los Caballeros, utilizada en su día como lugar de trabajo y estudio.

Las calles medievales

Después de explorar la abadía, bajamos a las estrechas calles medievales que serpentean por la isla. Estas calles están llenas de tiendas de recuerdos, restaurantes y pequeñas casas que parecen sacadas de un cuento. Nos perdimos en el laberinto de callejones, descubriendo rincones encantadores en cada esquina. Paramos en una pequeña crepería para probar las famosas crêpes bretonas, que estaban deliciosas.

También visitamos algunos de los museos locales que ofrecen una visión más profunda de la historia del Mont Saint-Michel. Aprendimos sobre su importancia estratégica durante la Guerra de los Cien Años y cómo se ha mantenido como un sitio de peregrinación durante siglos.

Las mareas del Mont Saint-Michel

Una de las cosas más fascinantes del Mont Saint-Michel son sus mareas. Las mareas aquí son algunas de las más fuertes en Europa y cambian dramáticamente el paisaje. Cuando la marea está baja, se puede caminar alrededor de la isla y explorar las marismas. Sin embargo, es importante tener cuidado y seguir las indicaciones, ya que la marea puede subir rápidamente.

Decidimos hacer una caminata guiada por las marismas durante la marea baja. Fue una experiencia única caminar sobre el lecho marino y ver la isla desde una perspectiva diferente. Nuestro guía nos contó historias sobre los peregrinos que solían hacer este mismo camino hace cientos de años.

La gastronomía local

Para completar nuestra visita, disfrutamos de la gastronomía local en uno de los restaurantes con vistas a la bahía. Probamos el cordero de prés-salés, criado en los pastos salados alrededor del Mont Saint-Michel, y los famosos mariscos frescos. La comida estaba llena de sabores auténticos y nos permitió disfrutar aún más de este lugar increíble.

Mont Saint-Michel es sin duda uno de los lugares más mágicos que visitamos en nuestro viaje por Francia. Cada momento allí fue especial, desde la llegada impresionante hasta las exploraciones históricas y las delicias gastronómicas. Si estás buscando qué hacer en Francia que te deje una impresión duradera, este destino es una opción perfecta.

Conclusiones: qué ver en Francia y qué hacer en vacaciones

Francia es un destino que ofrece una riqueza y diversidad incomparables, y nuestro viaje por este increíble país nos lo demostró a cada paso. Si te estás preguntando qué ver y hacer en Francia, aquí te comparto por qué deberías considerar visitar este hermoso país.

Diversidad cultural y patrimonial

Desde la majestuosidad de París con la icónica Torre Eiffel, el Museo del Louvre y los encantadores Campos Elíseos, hasta la serenidad de los campos de lavanda en Provenza, cada región de Francia tiene su propio encanto único. La historia cobra vida en lugares como el Palacio de Versalles, los castillos del Valle del Loira y las playas del Desembarco de Normandía. Cada visita es una inmersión en la rica herencia cultural y arquitectónica del país.

Belleza natural y aventuras al aire libre

Francia es también un paraíso para los amantes de la naturaleza. Los Alpes franceses ofrecen algunas de las mejores estaciones de esquí del mundo, mientras que los Pirineos y los Vosgos son perfectos para el senderismo y la escalada. La Costa Azul, con su clima mediterráneo y sus playas glamorosas, nos brinda el lugar ideal para relajarnos y disfrutar del sol. La diversidad de paisajes, desde montañas nevadas hasta costas soleadas, permite una amplia gama de actividades al aire libre.

Gastronomía y vinos excepcionales

La gastronomía francesa es mundialmente famosa, y con razón. Cada región tiene sus propias especialidades, desde los quesos y vinos de Borgoña hasta los mariscos frescos de Bretaña. La comida no es solo una necesidad en Francia; es una experiencia. Disfrutar de un croissant recién horneado en una cafetería parisina, saborear una bouillabaisse en Marsella o participar en una cata de vinos en Burdeos son momentos que enriquecen cualquier viaje.

Hospitalidad y cultura local

Más allá de los paisajes y la comida, lo que realmente hace especial a Francia es su gente y su cultura. Cada ciudad, pueblo y aldea tiene su propio ritmo y estilo de vida. La hospitalidad de los franceses, su amor por la vida y su orgullo por su herencia hacen que cualquier visita sea cálida y acogedora.

Visitar Francia es embarcarse en un viaje lleno de descubrimientos, sabores y emociones. Cada rincón del país tiene algo único que ofrecer, y nuestra experiencia nos mostró que Francia es un destino que no se puede perder.